Lo que se ve cuando no se ve nada: fotografiando en la oscuridad

Ahora que es verano suele pasarnos que salimos por la tarde a hacer fotos y se nos hace de noche… Cuando empezamos en esto de la fotografía tenemos dos temores horribles: pasar del modo automático al manual y la oscuridad.

Pero como todo en esta vida, lo primero para despojarse del miedo es tirarse al agua de cabeza sin pensarlo dos veces. Vamos, que cuando caiga la noche es mejor quedarse y probar que marcharse a casa.

La fotografía nocturna es comúnmente conocida como fotografía de larga exposición (aunque podemos usar tiempos de exposición amplios durante el día sin problema). Si recordamos post anteriores, la exposición es la cantidad de luz que recibe el sensor de nuestra cámara y depende de dos factores, principalmente: la velocidad de obturación y la apertura del diafragma.

En este tipo de ocasiones, tratamos de captar la poca luz noctura usando tiempos de exposición muy largos (de ahí el nombre)

¿Qué necesito?

Una cámara que nos permita configurar la velocidad de obturación y que tenga modo BULB, para configurarla en tiempos superiores a los 30″.

-Lo más importante y esencial, aparte de la cámara, es el trípode. No hay más, lo vamos a necesitar sí o sí a no ser que queramos ir apoyando nuestra amada máquina en el suelo o en cualquier tipo de superficie… y mejor que no.

La fotografía de larga exposición requiere que la cámara esté fija (por muy buen pulso que tengamos, entre las manos siempre nos cargaremos la foto) porque el más mínimo movimiento hará que se nos fastidie todo.

Apagar el flash. Hay muchos fotógrafos que usan el flash como complemento en la fotografía nocturna… pero de momento nosotros no deberíamos usarlo si es nuestra primera vez y menos aún si es el flash integrado. Es mucho mejor aprender cómo funciona la cámara en la oscuridad sin ningún elemento luminoso complementario.

-Un disparador remoto, aunque esto es prescindible. Yo nunca lo he usado, pero muchos fotógrafos lo suelen usar para garantizar que no exista ni el más mínimo movimiento al pulsar el disparador.

Linternas y otras luces artificiales si queremos experimentar con el light painting, la técnica de «dibujar con luz» de la que hablaremos más adelante. Podemos utilizar incluso la luz del teléfono móvil… pero a lo mejor una linterna nos es útil también si estamos en un entorno demasiado oscuro, aunque sea para ver por dónde pisamos.

Impresionante fotografía de http://www.tallerescasadelatorre.es

¿Dónde puedo ir?

A cualquier sitio. Mientras esté oscuro, no importa que sea tu habitación, como un parque, el campo o una calle. La cosa es que aprendas bien cómo se comporta tu cámara cuando hay poca o ninguna luz para poder planificar después tus salidas y conseguir lo que buscas.

¿Cómo lo hago?

Configurar la cámara depende totalmente de la luz que haya en el lugar en el que te encuentres y de lo que quieras fotografiar.

Lo más importante de todo es que esté en un modo totalmente manual. La falta de luz hace que la cámara «se aturda» y ofrezca parámetros que normalmente son erróneos… además, en la oscuridad, el enfoque automático no encontrará ningún punto de referencia y la máquina no disparará.

1. El ISO

Ya hemos hablado del ISO anteriormente. Un error muy común las primeras veces es el de creer que, a mayor ISO, más se verá en la foto… pero lejos de la realidad, cuanto más alto sea el valor que le demos, más ruido obtendremos.

Además, si ponemos el ISO a 1600 (por ejemplo) dará la sensación de una luz diurna falsa y queda muy raro. Es mejor poner el valor en 100 o 200 y disparar así, aunque el tiempo de exposición que necesitaremos será mayor.

National Geographic

2. La apertura

Ya vimos que, a mayor apertura, más luz entra en nuestro sensor. Según el ISO que usemos, el diafragma deberá estar más o menos abierto. Lo ideal es ir probando para ver cuál es la que más nos conviene, pero trabajaremos mejor con el diafragma poco abierto.

3. El obturador

Cuanto más abierto esté el diafragma, menos tiempo de exposición necesitaremos.

También recomiendo ir probando con diferentes tiempos para ver lo que queremos conseguir, empezando por tiempos bajos hasta llegar a 30″ en adelante.

4. El balance de blancos

Con la temperatura, le damos «color» a la luz. Si podemos configurarla manualmente, mejor, así podremos hacer que la foto sea más «fría» o más «caliente».

Si no, lo ideal es configurarla según la luz que haya o la que vayamos a usar (no es lo mismo una farola que una linterna o los faros de un coche).

5. El objetivo y el enfoque

Dicen que lo ideal es usar un objetivo angular para este tipo de fotografía, pero para empezar podemos arreglárnoslas con lo que tengamos.

Tampoco es muy bueno usar filtros… yo solo suelo usar el protector por el día, pero lo quito porque la verdad es que genera reflejos. Si somos patosos, o simplemente precavidos, podemos usar el parasol para que el golpe no sea tangrande si se nos cae la cámara.

Y el tema del enfoque es lo que más nos traerá de cabeza al principio… ¿¿cómo enfoco si no veo?? Podemos ayudarnos de algún punto de luz para enfocar directamente a él. Simplemente nos podemos delante de la cámara con esa luz a la altura que queramos enfocar y listo. Si estamos solos, podemos usar una linterna para apuntar adonde necesitemos desde lejos.

National Geographic

¡Cuidado con la batería!

Cuando hacemos este tipo de fotos, la cámara se «esfuerza» mucho… y pierde batería más rápidamente. Nos puede pillar desprevenidos y que nos quedemos tirados en medio de la sesión.

Lo mejor es planificarse bien o llevar una de repuesto.

A mí esto no me sale: el enfoque

Ya sabemos que en las cámaras, si queremos, pueden hacerlo todo prácticamente solas. Pero, ¿por qué a veces lo hacen mal? ¿Por qué dicen que es mejor que lo hagamos mejor nosotros? ¿Es mejor el modo manual que el automático? ¿El AF no sirve para nada?

El enfoque automático (AF)

Lo primero que deberíamos saber del enfoque es que existen el AF (autofocus o enfoque automático) y el MF (enfoque manual). Un error básico es pensar que el AF es el modo en que nosotros no tendremos que preocuparnos del enfoque porque la cámara ya lo hace sola. Y es un error porque el AF es un sistema inteligente, pero aún así debe ser guiado. Vamos a ver cómo se puede optimizar todo lo posible el AF:

Punto de enfoque

Cuando miramos por nuestro visor al mundo, en la mayoría de las cámaras nos vamos a encontrar con que sobre el mundo que se abre ante nuestros ojos hay algo más… una cuadrícula de puntos de enfoque.

Esta cuadrícula tiene una misión más importante de lo que podemos pensar. El enfoque automático trabaja siempre a nivel del punto de enfoque que hayamos seleccionado. Ese punto será la referencia. Según veamos necesario, elegiremos un punto u otro desde el menú y será siempre donde debamos apuntar cuando estemos tomando la foto. Cuando el AF consiga enfocar, ese punto se pondrá en rojo (siempre hay que darle tiempo para enfocar  manteniendo el disparador pulsado solo a medias).

Cuando se utiliza el AF en los 9 puntos, la cámara suele intentar seleccionar los elementos que están más cercanos y los enfoca. Seleccionando el punto de enfoque, seremos nosotros los que le diremos a la cámara a partir de dónde debe empezar a enfocar en la escena. Además, podemos enfocar a un punto y luego movernos cambiando el encuadre sin soltar el botón. Se mantendrá el punto que hemos elegido aunque hayamos modificado la vista.

Modo AF

Pero esto no es lo único. Si siempre que utilizásemos el autofocus la cámara se comportara igual, dejaríamos de utilizarlo. Hay que conocer otra función que en muchas ocasiones nos será de muchísima ayuda, que también podemos configurar a nuestro gusto: los modos AF. Al igual que con los puntos de enfoque, cada fotógrafo tiene su favorito, pero está claro que cada modo tiene su función.

Normalmente nos encontraremos 3 para Canon: ONE SHOT, AI SERVO y AI FOCUS (para Nikon S, C, A)

El modo ONE SHOT (S o AF-S) es el más común. Se utiliza para escenas sin movimiento, como paisajes o retratos. A cada foto que queramos hacer le tendremos que dar un enfoque.

El modo AI SERVO (C o AF-C) es conocido como enfoque contínuo. Se emplea en escenas donde hay movimiento, en la naturaleza y para los deportes, por ejemplo. Si seguimos al elemento (habiéndolo enfocado previamente con el disparador hasta la mitad) sin levantar el dedo podemos fotografiarlo sin que pierda el punto de enfoque. Normalmente se combina con el disparo en ráfaga.

El modo AI FOCUS (A o AF-A) podríamos decir que es una combinación de los dos anteriores. Es conocido como el enfoque inteligente porque en teoría aplica el ONE SHOT en las escenas estáticas, pero el AI SERVO se activa cuando ese sujeto enfocado se mueve.

Enfoque manual

Hay en muchas ocasiones en las que el AF no nos terminará de convencer… o simplemente al intentar enfocar la rueda no para de dar vueltas y no conseguimos hacer la foto. ¿Por qué? Porque no es infinito ni omnipontente, aunque sea «inteligente» no puede saber qué es lo que nosotros queremos en cada momento o no va a ser capaz de enfocar en situaciones donde no puede encontrar un punto de enfoque aunque nosotros lo veamos muy claro. Hay objetivos más lentos, más rápidos, más ruidosos… solo tenemos que encontrar hasta dónde queremos llegar y así podremos saber cuándo cambiar del automático al manual. Aunque eso no significa que absolutamente siempre debamos usar el manual, no es ningún delito usar el AF ni muchísimo menos.

Normalmente lo cambiamos cuando vemos que «la cámara no llega», pero hay ocasiones en las que no debemos siquiera pensarlo y tener desconectado el AF desde el primer momento:

1- En escenas poco iluminadas

2- En macro-fotografía y fotografía de aproximación

3- Cuando queramos resaltar detalles

4- Cuando necesitemos una buena profundidad de campo

5- En los retratos (siempre y cuando queramos resaltar detalles o haya poca iluminación)

6- A través de los cristales o en las superficies con varias texturas o niveles (la cámara siempre tiende a enfocar lo que tiene más cerca)

7- Con elementos muy rápidos

8- Si no tenemos estabilizador (si tenemos mal pulso o si lo que queremos sacar está demasiado lejos y no tenemos dónde apoyarnos)

Otras opciones: modo A-DEP

Dentro del dial de control en la parte superior de la cámara tenemos todos los modos en los que podemos disparar (manual, automático, programa, etc.). Y entre ellos se encuentra el modo A-DEP (en Canon, desconozco si Nikon cuenta con este modo y su nombre. Por lo que he leído solamente Canon lo tiene)

Con este modo podemos eliminar la profundidad de campo cuando queremos fotografiar una escena en la que los distintos elementos se encuentran a distancias considerables. Si nosotros queremos que en la foto se vean todos dentro de la misma profundidad, podemos hacerlo con A-DEP. Esto podríamos hacerlo en el modo manual, o usando el modo de prioridad de apertura (que veremos más adelante), pero si somos poco experimentados o tenemos prisa es muy buena opción.